lunes, 4 de julio de 2016

UNA MISIÓN DE CORAZÓN EN MANO

El pasaje del Evangelio de ayer nos habla de cómo Jesús nos envía a una misión: la de llenar de Jesús los corazones de los demás. A llenarlos con la alegría del Evangelio, con la ternura y la misericordia... Nos envía a llevar el corazón en la mano y a llevarlo con la sonrisa y la mirada de Dios... Y esa misión es mucha misión; no podemos hacerla solos, sino en compañía. Es mucho el trigo que hay que cortar y solos no podemos. Hay que hacer las cosas bien, y solos no podemos. De dos e dos, de tres en tres... Lo que sea, pero nunca solos. La misión va de ayudar y de ayudar lo mejor que podamos. Y lo mejor es hacerlo en compañía, en comunidad.


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